Un golpe a Venezuela
La nueva versión del Plan Cóndor, un nombre que tiene detrás
las represalias masivas elaboradas y coordinadas por Estados Unidos que la
derecha militar de América Latina ejerció en las décadas de los 70 y los 80,
está a punto de volver a entrar en vigor en la región, con Venezuela como el
objetivo principal, según señala el periodista y analista político Nil
Nikándrov en un artículo para la Fundación de Cultura Estratégica.
Hace varios días el Departamento de Estado norteamericano
acogió una reunión que duró tres horas. En ese encuentro participaron el
secretario general de la Organización de los Estados Americanos, el uruguayo
proestadounidense Luis Almagro, y el general John Kelly, el exjefe del Comando
Sur de las Fuerzas Armadas estadounidenses.
Al respecto, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro,
comentó: "Sé lo que hablaron, [Almagro] tiene una obsesión con Venezuela
porque no han podido con la Revolución bolivariana". Además, el mandatario
señaló que su país se enfrenta a una agresión mediática, política y diplomática
y afronta los retos más graves de las última década.
En su texto, Nikándrov indica que el escenario que se está
concretando en Venezuela está destinado a justificar una intevención militar
extranjera y sostiene que el decreto de Barack Obama —que calificó al país
sudamericano como "una amenaza a la seguridad" de su país— es
"una señal de alarma para el liderazgo venezolano".
Un papel esencial en la preparación de la segunda edición
del Plan Cóndor para Venezuela los servicios secretos estadounidenses lo
atribuyen a la oposición interna, a la que Maduro acusa de servir al Gobierno
norteamericano.
En las elecciones de diciembre pasado, la oposición recibió
la mayoría de los escaños parlamentarios y las mayores oportunidades para
desestabilizar el país y formentar un conflicto civil. Asimismo, la última
manifestación de la opositora Mesa de la Unidad Democrática en Caracas terminó
en choques
con la Policía y varios agentes de seguridad sufrieron lesiones tras
ser golpeados con barras de hierro.
Los arrestos que llevó a cabo el Servicio Bolivariano de
Inteligencia (Sebin) permitiron imputar al jefe de seguridad del presidente de
la Asamblea Nacional, Coromoto Rodríguez, como participante en la organización
de los disturbios. En los 70, ese hombre formaba parte de la policía política
Disip y estuvo implicado en torturas contra presos. Años después, Rodríguez
trabajó como guardaespaldas del expresidente Carlos Andrés Pérez, al mismo
tiempo que colaboraba con la CIA.
"Los medios proestadounidenses acusan a Maduro del
fracaso del modelo económico bolivariano", proporcionan "datos
falsificados" sobre su escasez de apoyos y promocionan el uso de la fuerza
"para poner fin" a su presidencia, opina Nikándrov, quien destaca que
"los líderes opositores implicados en esfuerzos desestabilizadores previos
ahora, directamente, llaman a las Fuerzas Armadas a intervenir".
Este analista recuerda que, en estos momentos, la oposición
intenta convocar un referéndum sobre la permanencia de Maduro como jefe de
Estado y, al mismo tiempo, fomenta "manifestaciones de protesta
espontáneas", que incluyen el bloqueo de carreteras, incendios, sabotajes
en las líneas de transmisión de electricidad y en el suministro de agua y
víveres. Nikándrov considera que esos "actos de sabotaje" irán
seguidos de un "terrorismo a mayor escala", como refleja el hecho de
que, en Caracas y otras ciudades del país, el Servicio Bolivariano de
Inteligencia Nacional (Sebin) descubre cada vez más escondites con armas de
fuego, granadas y explosivos 'made in USA'.
Para finalizar, Nil Nikándrov subraya que el deseo de EE.UU.
de acabar con los bolivarianos se originó cuando en 1999 el expresidente
venezolano Hugo Chávez empezó a poner en práctica una política independiente y
sus iniciativas para modernizar América Latina contaron con el apoyo de Cuba y
de la nueva generación de líderes de la región, circunstancia que provocó que
el dictado estadounidense comenzara a deblitarse.
FUENTE RT: https://actualidad.rt.com/actualidad/208451-plan-condor-golpe-venezuela
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