20 de junio de 2011


Les envió mis mejores sentimientos y pensamientos a todos y todas quienes me conocen y que de alguna manera nos encontramos en el camino, les expreso sinceros agradecimientos, por la compañía, por la preocupación y por la entrega de parabienes.

Hoy están dadas las condiciones para socializarles una serie de situaciones que han ocurrido en estos años, con el ánimo cierto de darle voz y cuerpo a mi sentir.
Existieron muchas dificultades para dar cuenta de situaciones que sucedieron,  en mi vida, en mi caminar y en mi actuar, situaciones que se enmarcaron en una larga etapa de clandestinidad.
Desde hace seis años pasé a la clandestinidad, con el propósito de resistir ante la ofensiva judicial de la que me vi envuelto hace unos años.
Fueron seis largos años de experiencias, seis años de arrojo, de valentía para no ser cazado por el aparato represor de este país. En lo más profundo de mi ser, luche como nunca de las garras del sistema, me zafé muchas veces, me cague de miedo, sufrí la persecución pero me mantuve firme con mi gente, con mis seres amados.
Logre obtener una pega, pude darles el sustento a mis hijas, con la fortuna de criarlas a diario, en la cotidianidad de mi casa, educarlas y amarlas infinitamente. Incluso tuve la fortuna de encontrar el amor profundo, de una compañera que a sido eso, una compañera de vida, una mujer que amo y que me ama.
Esta lucha por momentos fue individual, INTEGRADA en un círculo muy reducido, quizás como ocurre a diario en la resistencia del pueblo, de los pueblos para sortear la pobreza y sortear el oprobioso sistema de vida que se nos impone a los proletas.
En ese tiempo llego una oportunidad, se mostraron las cartas y con un grupo de compañeras, empezamos a construir colectivamente, dándole espacio a las ideas, al dialogo, a la reflexión, y por su puesto a la lucha que se vio evidenciada en los mejores momentos de la RPET, bastión comunicativo que desde la población se ergio para levantar y alzarla cabeza, con rebeldía y reflexión profunda.
En mi fuero interno el camino comunicativo y radial, ha sido un espacio para darle voz a tanta bronca contenida, ese espacio permitió madurar colectivamente, con los pasos de avance y retroceso propios de cualquier proyecto social.
La vida es difícil y clandestino aun mas, sus barreras se redoblan, esa fue precisamente mi apuesta en la vida, sortearla, hacerle una finta a la represión, sin embargo todo culminó hace unas semanas, y se corono con regresar a las oscuras rejas de la cana.
Hoy tras los barrotes físicos, que solo buscan silenciar una de las miles de voces que no le compran al sistema, ni al modelo, ni al capitalismo, que con todas sus fuerzas a denunciado sus tretas, demostrando que la lucha de los pueblos es el único camino para la libertad.
Esta libertad secuestrada no es normal, ni mucho menos permanente, es solo un estado que tiene que cambiar en la medida que se sumen las distintas subjetividades y logren converger en una alternativa real, que quiebre el actual estado de cosas.
El orden actual es hábil en algunas cosas, como en el engaño, la destrucción social, para quitar y robar nuestro trabajo, para usurpar el territorio ancestral, como los mapuche conocen de sobremanera y como los proletas hemos constatado.
Nosotros somos muchos, unos tantos consientes, varios dispuestos para hacer algo y ese es el tema, hacer algo, en cada momento, en cada lugar, uniendo los territorios y las poblaciones.
La postdictadura comandad por los payasos políticos que sustentan lo de siempre, unidos en los clásicos acuerdos políticos, que devienen en la alternancia en el poder, con su bipartidismo concerta-aliancista dejan en claro que ambos están tras la búsqueda del continuismo, tras el monopolio de los de siempre, los mismos que ostentan y sustentan el poder, la llamada plutocracia. Este grupo, se enriquece día a día, a expensas de los trabajadores y de los pueblos, ese es su negocio, esa es su tarea, su ethos de clase.
Son los dueños del poder, los dueños del país del país de los negocios, no trepidan en utilizar las herramientas de sus estado de derecho, para acallarnos, para encarcelarnos, para empobrecernos y para extirpar la rebeldía.
Es en este escenario que la movilización social es el mecanismo del momento, permite instalar las demandas, presionar al poder, lanzarlo hacia atrás. Esta fórmula solo tiene sentido en la medida que obtiene logros concretos en grupos específicos, como la educación, la vivienda, la lucha por la libertad de los mapuche, las demandas en pro de la vida, pero solo eso, demandas sectoriales, que requieren una unidad.
Unidad real que se tiene que reflejar en algo concreto, por ejemplo la unidad de los territorios. Las instancias de resistencia, como lo ha sido la resistencia comunicativa, mediática, radial, impregnan a quienes participan de luz y conciencia, de arrojo para denunciar el juego de los poderosos y de educación pues rompe con el cerco informativo e instalan espacios de reflexión colectiva. Siento que es más que nunca, el sonido de la resistencia, la carta que en estos momentos se tiene que jugar, por todo aquel y toda aquella persona que ha conocido su acción. Concretizar este medio, sacarla a la luz, al aire, es el mejor homenaje que se le puede dar a los presos de este tiempo, de este siglo XXI, a todos quienes han luchado por la verdad, como ustedes, como el Pato, como tantos otros y otras.
Este tiempo es difícil en lo personal, requiere sortear las barreras con energía, requiere saber moverse, vivirse la cárcel, en eso estoy, me mantengo expectante, a la espera, al agüaite, de que la ansiada libertad corporal retorne, y vuelva a las calles con el impulso y la conciencia, de quien hizo hace años la elección de su vida, caminar con los pobres, liberarnos en conjunto, sin ataduras y sin pusilanimidad.
Nadie se libera solo, unas y otros nos liberamos en comunión.
Fuerza, newen compas que por estos lados no le damos tregua a la opresión

Cristian Morales, Preso Político recluido en la cárcel de San Miguel, desde el 19 de mayo del 2011

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