La noche del lunes recién pasado, se efectuaron manifestaciones en algunas poblaciones de Santiago, algunas de las cuales derivaron en incidentes y motivaron a Carabineros efectuar un fuerte despliegue que afectó a diversos barrios populares. No sólo en Lo Hermida o la Villa Francia se constató la inusual presencia policial, sino también en poblaciones como La Victoria, El Castillo, la Jaime Eyzaguirre, la Villa O’Higgins y la Pincoya, entre otras. En algunos casos se trató solo del paso reiterado de helicópteros que iluminaban las calles; en otros de simples patrullajes con carros lanzagases, lanzaaguas y buses celulares. Pero en Lo Hermida fueron más drásticos, porque a los uniformados se sumaron policías de civil y en conjunto establecieron puntos de chequeo de identidad y de allanamiento a transeúntes; los que abundaban ya que la locomoción colectiva no entraba a la población.
La existencia de estos chequeos en Peñalolén, llevó a algunos pobladores a calificar el hecho como un virtual “estado de sitio”, gatillándose una ola de denuncias a través de las redes sociales, las que junto con informar tendieron también a exagerar la nota y brindar al “enemigo” más fuerza de la que efectivamente dispone.
Visto lo anterior, como organización de comunicadores populares, planteamos lo siguiente
- Ante situaciones como las vividas anoche es necesario guardar la calma y no emitir ninguna información que no esté corroborada o provenga de fuentes confiables. No debemos callar, pero tampoco exagerar o hacernos eco de rumores. Nuestros reportes deben ser informativos al máximo, para lograr credibilidad y ganar la batalla comunicacional.
- Es necesario que las organizaciones en lucha establezcan redes de información confiables, de personas que vivan en distintos puntos de un territorio, a las cuales pedir una información veraz sobre: dónde, cuando, quiénes, que están haciendo, etc.
- La historia reciente nos enseña la necesidad de combatir los rumores. En dictadura y luego de las primeras protestas nacionales del 82, en algunas poblaciones se comenzó a difundir el rumor que habitantes de villas aledañas aprovecharían las protestas y los cortes de luz para atacar y robar. Esto llevó a los pobladores a armarse de palos para enfrentar a los supuestos atacantes, olvidándose de protestar contra el régimen. Nunca se supo a cabalidad quien difundió estos rumores, sospechándose que fueron parte de una manipulación destinada a dividir a los vecinos.
- Durante la dictadura algunos organismos de Derechos Humanos como CODEPU, impulsaron en los territorios la creación de las Comisiones Anti Represivas CAR, organismos encargados de recopilar información sobre la repre, ya sea de la actuación de militares, policías o individuos de civil, las personas que eran detenidas, sus nombres y bajo que circunstancia, etc. La CAR se encargaba también de presentar Recursos de Amparo, que si bien no servían mucho, por lo menos dejaban constancia de las detenciones y malos tratos. En algunos casos también establecían o se coordinaban con consultorios populares a cargo de estudiantes de medicina o enfermería, que se encargaban de los primero auxilios a los heridos. Esta labor se puede retomar por las organizaciones sociales y considerando la agudización de la represión se hace cada vez más necesaria
Contar con información veraz y lo más exacta posible es condición básica para tomar decisiones correctas y evitar caer en trampas.
SINDICATO ARI
La existencia de estos chequeos en Peñalolén, llevó a algunos pobladores a calificar el hecho como un virtual “estado de sitio”, gatillándose una ola de denuncias a través de las redes sociales, las que junto con informar tendieron también a exagerar la nota y brindar al “enemigo” más fuerza de la que efectivamente dispone.
Visto lo anterior, como organización de comunicadores populares, planteamos lo siguiente
- Ante situaciones como las vividas anoche es necesario guardar la calma y no emitir ninguna información que no esté corroborada o provenga de fuentes confiables. No debemos callar, pero tampoco exagerar o hacernos eco de rumores. Nuestros reportes deben ser informativos al máximo, para lograr credibilidad y ganar la batalla comunicacional.
- Es necesario que las organizaciones en lucha establezcan redes de información confiables, de personas que vivan en distintos puntos de un territorio, a las cuales pedir una información veraz sobre: dónde, cuando, quiénes, que están haciendo, etc.
- La historia reciente nos enseña la necesidad de combatir los rumores. En dictadura y luego de las primeras protestas nacionales del 82, en algunas poblaciones se comenzó a difundir el rumor que habitantes de villas aledañas aprovecharían las protestas y los cortes de luz para atacar y robar. Esto llevó a los pobladores a armarse de palos para enfrentar a los supuestos atacantes, olvidándose de protestar contra el régimen. Nunca se supo a cabalidad quien difundió estos rumores, sospechándose que fueron parte de una manipulación destinada a dividir a los vecinos.
- Durante la dictadura algunos organismos de Derechos Humanos como CODEPU, impulsaron en los territorios la creación de las Comisiones Anti Represivas CAR, organismos encargados de recopilar información sobre la repre, ya sea de la actuación de militares, policías o individuos de civil, las personas que eran detenidas, sus nombres y bajo que circunstancia, etc. La CAR se encargaba también de presentar Recursos de Amparo, que si bien no servían mucho, por lo menos dejaban constancia de las detenciones y malos tratos. En algunos casos también establecían o se coordinaban con consultorios populares a cargo de estudiantes de medicina o enfermería, que se encargaban de los primero auxilios a los heridos. Esta labor se puede retomar por las organizaciones sociales y considerando la agudización de la represión se hace cada vez más necesaria
Contar con información veraz y lo más exacta posible es condición básica para tomar decisiones correctas y evitar caer en trampas.
SINDICATO ARI
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