La aguda crisis del Hospital de Concepción: Reaniman pacientes en el piso por falta de camillas
Un paciente reanimado en el suelo de un pasillo y una cañería rota que cayó sobre la cama de un hospitalizado a las dos de la mañana, son dos de las últimos “acontecimientos” que han ocurrido en el Hospital Regional de Concepción las últimas semanas.
Dos ejemplos de una situación crítica para el hospital más grande de Chile, que a tres años y medio del 27/F aún no estabiliza su situación y mantiene a la comunidad de la Región del Bío-Bío con un grado de hacinamiento y faltas sanitarias muy por debajo de la norma.
“Llevamos más de tres años y medio del terremoto y fueron absolutamente ineficientes las autoridades, independiente del color político, para reparar o arreglar o construir la torre donde estaban todas las Ucis y los pabellones del hospital”, cuenta uno de los médicos cirujanos del hospital.
Según los funcionarios, actualmente el hospital tiene en promedio 40 pacientes “hospitalizados” en camillas, sillones, sillas y sentados en los pasillos. Y aunque no es un problema exclusivo de estos últimos años, la situación post terremoto agudizó al límite la situación.
El problema principal radica en la torre de paciente crítico y alta complejidad, que quedó destruida tras el 27/F y que a pesar de todo este tiempo aún no está rehabilitada. A eso se suman la sobrecarga de pacientes que llegan hasta el Hospital Guillermo Gran Benavente provenientes de centros provinciales, lo que genera una sobrecarga mayor para los funcionarios.
La situación en el hospital, dicen los doctores, es dramática. El pasado miércoles, a eso de las dos de la mañana, se rompió una cañería de la calefacción del entretecho y cayó sobre los pies de un paciente que estaba hospitalizado en la sala de cuidados intermedios.
A eso suma que hace algunas semanas, una ex funcionaria del hospital recién operada se cayó de una camilla en mal estado y se fracturó la cadera, únicamente por el mal estado de las herramientas.
“El mantenimiento en los hospitales nunca ha existido, que es la parte más compleja de la dirección de un hospital. A mí se me han acabado las ampolletas de la sala en medio de una operación, lo que obliga a detener un procedimiento o continuar alumbrando como se pueda, hasta con celulares”, dice un doctor.
Esto es lo que reclaman todos los funcionarios. Las condiciones de trabajo del punto de vista de seguridad laboral está alterada. Se alimentan mal, descansan mal, se someten a presión asistencial increíble y tienen que atender en lugares que no corresponden, algo que según ellos nunca se ha tomado en cuenta en las evaluaciones del problema.
Apuntan a una mala gestión de las autoridades, centrales y locales, los que además en las últimas semanas se han estado echando la culpa de un lado a otro. Hace una semana, el subsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo, culpó a la gestión local, liderada hace menos de un año por el Dr. Carlos Vera, de los problemas.
La crisis llevó hace menos de dos meses a la salida del director del Hospital, Sergio Opazo, quien se encontraba con licencia médica cuando fue removido. Hoy la dirección está en manos de Jaime Tapia, de manera subrogante.
DEUDA.
Una de las razones de la interpelación al ministro de Salud, Jaime Mañalich, es la deuda hospitalaria, que ascendería según los diputados acusadores a más de 20 mil millones de pesos. Solo en Concepción la deuda supera los seis mil millones, pero solo porque se redujo de los 10 mil millones que debían en agosto pasado y mientras las condiciones no mejoren, esta seguirá creciendo.
Según un médico anestesista del hospital, de los pabellones que existían antes del terremoto solo quedó un tercio disponible e incluso, durante más de un año, trabajaron con pabellones alrededor del hospital y una carpa de la Fach.
Pero la medida tampoco tapó el problema. “Se tuvo que salir a comprar servicios de pabellones en clínicas privadas. Entonces se da la situación de hoy: los grupos quirúrgicos, cirujanos y anestesiólogos, vamos a las clínicas a operar, pero no cobramos nosotros por privado. Estamos dentro del horario público. Operamos toda la mañana, y a veces nos pasamos un rato. Eso ha generado el aumento de la deuda y mientras no se reponga la torre la deuda va a seguir”, señala el especialista.
Según las autoridades, en mayo del próximo año recién se entregará la segunda parte de las obras de la torre. Sin embargo, los funcionarios son escépticos de esa fecha. Dicen que se levantó otro edificio al costado en menos de un año y medio, mientras la torre sigue con las obras en camino.
Recién para el primer trimestre de 2014, cuatro años después del terremoto, se entregarían las obras de la torre. Eso sí, sin unidad de quemados y cirugía infantil, las que aún no se sabe dónde se ubicarán.
Por esa razón, todos los dardos apuntan a la dirección regional de Salud, pero de la misma forma a la responsabilidad política del propio ministro Mañalich, el que precisamente este miércoles deberá dar explicaciones en el Parlamento por la demora en las obras, especialmente en la zona más afectada por el 27/F.
L@s anestesistas responden al ministro Mañalich
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