Es el mayor caso de daño ambiental detectado
hasta ahora por la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA). Este viernes 18 de
marzo 2016 , por la tarde, la entidad fiscalizadora ordenó a Minera Maricunga,
productora de oro perteneciente a la canadiense Kinross Gold, clausurar sus dos
pozos de captación de agua en la zona de Pantanillo y con ello paralizar
totalmente la operación de su faena, ubicada en la cordillera de la Tercera
Región.
La minera da empleo a cerca de 700 personas
directamente y a más de 400 como trabajadores contratistas. La compañía se encuentra revisando
detenidamente la resolución tanto en Santiago como en su sede central de
Toronto, Canadá, pero adelanta que “apelará ante el correspondiente Tribunal
Ambiental”.
El superintendente de Medio Ambiente, Cristián
Franz, es claro en el análisis que los motivó a aplicar la sanción: “Frente a
la gravedad de los hechos, el daño ambiental irreparable de un ecosistema muy
frágil, hemos decidido aplicar una de las sanciones más severas contempladas en
nuestra ley orgánica. Desde el punto de vista del daño ambiental, nos hemos
encontrado con una de las situaciones más críticas, que ha excedido lo que
hemos visto antes”, sentencia.
¿Cuál es el daño que les imputa el
fiscalizador como para clausurar los pozos?
La autoridad culpa a Minera Maricunga de
provocar “un daño ambiental irreparable sobre 69,4 hectáreas de vegetación en
el humedal Valle Ancho”, ubicado en las cercanías del Parque Nacional Nevado
Tres Cruces, en la Región de Atacama, una vasta área donde habitan varias
especies vulnerables, como flamencos, guanacos y vicuñas.
La autoridad ambiental detalla que sin los
pozos, la minera no puede operar, porque son las únicas fuentes de agua de que
dispone. Y explica que para acceder a nuevas fuentes de abastecimiento hídrico,
“la empresa tiene que pasar por el sistema de evaluación de impacto ambiental
para autorizar el uso de esa agua u obtener los permisos respectivos si es que
usa agua desalada”.
Esta medida extrema la explica Cristián Franz
como una forma de preservar otras 73 hectáreas de humedal que aún quedan, y
buscan evitar que estas también se sequen.
SMA: afecta a tres especies de flamencos
En concreto, la SMA acusa a la minera Kinross
de la “omisión de ejecutar las acciones necesarias para hacerse cargo de los
impactos ambientales no previstos, consistentes en la disminución del nivel
freático en la cuenca Pantanillo-Ciénaga Redonda y el consecuente desecamiento
de, al menos, 70 hectáreas de humedales ubicados en el Complejo Lacustre Laguna
del Negro Francisco y Laguna Santa Rosa, y el riesgo inminente de expansión del
área afectada a aproximadamente 73 hectáreas adicionales de humedales”, según
consigna en el expediente del caso.
El superintendente explica que esta situación
de desecación afecta a la flora, pero también a la fauna del lugar. Así,
impacta en tres especies de flamencos sudamericanos, también a otras aves
consideradas como “vulnerables” -como el piuquén y la tagua cornuda-, así como
a la gaviota andina. Por otro lado, entre los mamíferos se encuentra el guanaco
y la vicuña, ambos catalogados como especies “en peligro”.
La situación es especialmente crítica en las
especies de flamencos, que por ser migratorias se encuentran especialmente
expuestas a los cambios en su hábitat.
Por todo esto, la Superintendencia remitió el
caso al Consejo de Defensa del Estado (CDE), que evalúa si activará alguna
acción legal contra la empresa por el perjuicio provocado en la zona, dado que
el área afectada -que forma parte del ya mencionado complejo lacustre- está
protegida mediante la Convención de Ramsar, que es un organismo internacional
encargado de resguardar humedales en el mundo.
Adicionalmente, la SMA explica que como
esperan que la empresa apele de la resolución, van a pedir al Tribunal
Ambiental que autorice, “como medida urgente y transitoria, la clausura
temporal de los pozos”.
En la SMA dicen que la misma faena ya fue
multada en enero de 2014 por autoridades regionales, con 500 UTM ($20,4
millones de ese año).
Kinross: sequía severa impactó en la zona
Minera Maricunga es clave en la economía de la
Región de Atacama, una zona donde el 43% del PIB se explica por la minería.
La faena es una extracción a cielo abierto y
se emplaza a unos 120 kilómetros al este de la ciudad de Copiapó, en la alta
cordillera, sobre los 4.200 metros sobre el nivel del mar. Produce entre 230
mil y 250 mil onzas de oro al año. Aunque opera desde 1996, la mina detuvo la
producción en 2001, para retomarla luego en 2005.
Para poder funcionar, la minera usa dos pozos
de agua, con un consumo medio autorizado de 95 litros por segundo.
Kinross Chile dice que, hasta ahora, la Minera
Maricunga no ha detenido operaciones y de plano desestima ser la responsable de
la situación y la desecación.
“La Región de Atacama ha sufrido de una severa
sequía durante los últimos años, lo que se ha traducido en un descenso de las
napas subterráneas en toda la región, que no tiene relación con las operaciones
de la compañía”, plantea al ser consultada por “El Mercurio”.
Es más. Maricunga señala que “está
comprometida con un manejo ambiental responsable” y hace ver que, a lo largo de
los años que ha operado en Chile, ha adoptado numerosas medidas y llevado a
cabo diversos estudios, “tanto para comprender mejor las causas de la actual
situación, como para mitigar los posibles impactos que pueda haber causado el
uso del agua en su operación”.
Un profesional de la firma explicó que
Maricunga alertó a la autoridad de la situación de sequía e implementó un plan
de rehabilitación para remediar el daño, programa que, lamentablemente, no fue
efectivo, señalan en la empresa.
Tras esto, la firma estuvo dos años, entre
2012 y 2014, tramitando ante el Gobierno un plan adicional para evitar el
desecamiento de la zona. La tardanza de la autoridad en autorizar dicho
programa fue un factor clave en la desertificación de Valle Ancho, señalan
fuentes de la empresa.
Esta no es la primera sanción de la
Superintendencia de Medio Ambiente a la operación de Kinross. En 2014, la
autoridad multó a la minera con US$ 4,5 millones, pero la sanción fue rechazada
en el Tribunal Ambiental.
Otras multas a mineras
Aunque esta es la mayor sanción pedida por la
SMA, no es el único caso de medidas contra compañías mineras. Ya se han cursado
multas a Pascua Lama (Barrick); Caserones (Nippon y Mitsui) y a Sierra Gorda
(la polaca KGHM), entre otras.
El mismo superintendente definió que dentro de
sus prioridades de fiscalización está la industria minera, responsable del
53,2% de las exportaciones del país en 2015. Y pese a la dura fiscalización de
que ha sido objeto la industria minera, la autoridad sostiene que esta
industria puede compatibilizar la actividad que realiza con el cuidado del
medio ambiente y que, de hecho, muchas compañías mineras que operan en el país
cumplen con las normas.
Según Gustavo Lagos, académico del Centro de
Minería de la UC, las numerosas sanciones que se han registrado en materia
ambiental en este ámbito se deben a varios factores. El primero de ellos es que
solo desde 2012, con el establecimiento de la SMA y luego del Tribunal
Ambiental, hay una fiscalización efectiva y un seguimiento a los compromisos
adquiridos por las empresas en las Resoluciones de Calificación Ambiental
(RCA).
Otra causa es que, en su afán de lograr las
autorizaciones ambientales, muchas mineras se comprometieron a mediciones
imposibles de realizar por la cantidad de parámetros involucrados, sostiene
Lagos. “Las RCA están mal hechas; hay que repensar su elaboración, su contenido
y su extensión”, dice. “Algunas de ellas son ininteligibles e inaplicables”,
comenta.
“Desde el punto de vista del daño ambiental,
nos hemos encontrado con una de las situaciones más críticas, que ha excedido
lo que hemos visto antes”.Cristián FranzSuperintendente de Medio Ambiente ( El
Mercurio )
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