Durante años la líder indígena recibió
múltiples amenazas de muerte por su labor en defensa de la tierra del pueblo
Lenca y su oposición al proyecto hidroeléctrico de Agua Zarca en Río Blanco.
El 3 de marzo de 2016 la líder indígena y defensora
ambientalista Berta Cáceres fue asesinada en Honduras. Fue atacada a tiros en
su casa y hasta el momento han sido detenidas ocho personas implicadas en su
homicidio. Ella era la coordinadora general del Consejo Cívico de
Organizaciones Populares e Indígenas (COPINH).
Las últimas evidencias
sobre el asesinato de Berta Cáceres apuntan al Estado hondureño como
responsable. Los tres militares implicados en el caso habrían recibido entrenamiento
contrainsurgente de parte de los EE.UU.
Según fuentes locales los asesinos esperaron a que se
durmiera para forzar las puertas de su vivienda y asesinarla. En el hecho, el
hermano de Cáceres también resultó herido.
Durante años Berta Cáceres recibió múltiples amenazas
de muerte por su labor en defensa de la tierra indígena del pueblo Lenca y por
su oposición al proyecto hidroeléctrico de Agua Zarca en Río Blanco.
A un año de su muerte, el crimen contra la luchadora y
defensora del ambiente en Honduras continúa impune debido a que el autor
intelectual continúa en libertad y el proceso judicial avanza lentamente.
Berta Cáceres
fue galardonada en 2015 con el prestigioso Premio Ambiental Goldman para el Sur
y Centroamérica por su contribución a la lucha persistente en contra de la
construcción de una represa hidroeléctrica que amenazaba con desplazar a
cientos de indígenas de Honduras
Hasta el
momento resultan detenidos ocho personas señaladas como responsables del
asesinato. Tres de los cuales son militares hondureños. Mariano Díaz Chávez,
veterano de las fuerzas especiales hondureñas, se encontraba desde 2015 al
frente de la inteligencia militar del país.
Díaz y el teniente
Douglas Giovanny Bustillo — también detenido por el asesinato y exempleado de
la empresa responsable del proyecto hidroeléctrico — habrían recibido
entrenamiento antiterrorista en EE.UU. en 2005. Bustillo recibió entrenamiento
en la infame Escuela de las Américas.
El tercer militar
arrestado, el sargento Henry Javier Hernández, es un francotirador y se
convirtió en informante de la inteligencia militar cuando se retiró en 2013.
Los tres militares visitaron el pueblo de La Esperanza , donde vivía
Cáceres, en varias ocasiones, de acuerdo a los registros telefónicos
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