"Lo humillaba y le sacaba en cara su título universitario", acusó su esposa sobre su jefe de planta, apodado "El Perro".
Un reportaje del semanario The Clinic reveló el duro hostigamiento laboral al que son sometidos los trabajadores de la empresa confitera Fruna.
El caso de Rolando Venegas, que se suicidó dentro de la compañía, ha generado conmoción y se acusa directamente a las humillaciones que recibía diariamente.
Según relató la esposa de Rolando, Marisol Muñoz, su esposo llevaba casi ocho años como empleado de la empresa, donde trabajaba de lunes a sábado en turnos de 12 horas diarias, más la hora de colación.Por otro lado, ella realizaba turnos diurnos y nocturnos, de ocho y nueve horas respectivamente, sin colación ni descanso, sistema que el sindicato ya había denunciado varias veces a la Inspección del Trabajo.
Ambos llevaban varios años en El Molino, sección de la empresa donde se procesa azúcar, harina y todas las sobras de otras líneas de producción.
Fue en ese lugar donde tuvo conflictos directos con su jefe de planta, un tipo apodado "El Perro". "Todos veían como molestaba y humillaba a Rolando", relató Marisol.
Añade que el conflicto con este sujeto "los últimos meses se puso peor. Lo seguía a todas partes y cada vez que discutían, le sacaba en cara su título universitario. Rolando solo había terminado el colegio. Lo gritaba y apocaba siempre".
Ambos llegaron a trabajar muy temprano en bicicleta hasta Camino a Melipilla 11246, en Maipú, esa mañana del sábado 29 de abril, el último turno del mes.
A las 9:20 de la mañana, Rolando desapareció y fue descubierto más tarde colgado de una viga. Su mujer comenzó a preguntar por él desesperadamente y en ese momento se cruzó con Nicolás Santiesteban, heredero de Fruna.
El autodenominado Willy Wonka chileno le entregó una fría respuesta: "Señora, el caballero está muerto". Marisol desató su rabia, encaró al jefe directo de Rolando y le gritó: "¡Asesino! ¡Me lo tenías enfermo, me lo quitaste!".
Cerca de las tres de la tarde de ese mismo día falleció J.R.V. amigo personal de Rolando, quien se enteró de su muerte y sufrió un ataque cardíaco. Pese a la conmoción, los turnos no se suspendieron ese día y Fruna siguió produciendo.
Un reportaje del semanario The Clinic reveló el duro hostigamiento laboral al que son sometidos los trabajadores de la empresa confitera Fruna.
El caso de Rolando Venegas, que se suicidó dentro de la compañía, ha generado conmoción y se acusa directamente a las humillaciones que recibía diariamente.Según relató la esposa de Rolando, Marisol Muñoz, su esposo llevaba casi ocho años como empleado de la empresa, donde trabajaba de lunes a sábado en turnos de 12 horas diarias, más la hora de colación.Por otro lado, ella realizaba turnos diurnos y nocturnos, de ocho y nueve horas respectivamente, sin colación ni descanso, sistema que el sindicato ya había denunciado varias veces a la Inspección del Trabajo.
Ambos llevaban varios años en El Molino, sección de la empresa donde se procesa azúcar, harina y todas las sobras de otras líneas de producción.
Fue en ese lugar donde tuvo conflictos directos con su jefe de planta, un tipo apodado "El Perro". "Todos veían como molestaba y humillaba a Rolando", relató Marisol.
Añade que el conflicto con este sujeto "los últimos meses se puso peor. Lo seguía a todas partes y cada vez que discutían, le sacaba en cara su título universitario. Rolando solo había terminado el colegio. Lo gritaba y apocaba siempre".
Ambos llegaron a trabajar muy temprano en bicicleta hasta Camino a Melipilla 11246, en Maipú, esa mañana del sábado 29 de abril, el último turno del mes.
A las 9:20 de la mañana, Rolando desapareció y fue descubierto más tarde colgado de una viga. Su mujer comenzó a preguntar por él desesperadamente y en ese momento se cruzó con Nicolás Santiesteban, heredero de Fruna.
El autodenominado Willy Wonka chileno le entregó una fría respuesta: "Señora, el caballero está muerto". Marisol desató su rabia, encaró al jefe directo de Rolando y le gritó: "¡Asesino! ¡Me lo tenías enfermo, me lo quitaste!".
Cerca de las tres de la tarde de ese mismo día falleció J.R.V. amigo personal de Rolando, quien se enteró de su muerte y sufrió un ataque cardíaco. Pese a la conmoción, los turnos no se suspendieron ese día y Fruna siguió produciendo.
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